De nalgadas y tatuajes temporales


Me gusta cuando un chiste es "nativo" del contexto al que pertenece. Es algo que aprendĂ­ de la escritura. A veces uno lee textos (en general lo que están en primera persona) repletos de chistes y ocurrencias que no aportan nada a la trama. Son chistes de quien está escribiendo, no de la historia. No son chistes "nativos" del texto. Durante mucho tiempo estuve enojado con ese tipo de literatura. "Literatura selfie", "literatura stand up" (el modo de llamarla variaba acorde a mi grado de locura con el que anduviera, je). Ahora, más frĂ­o y maduro, puedo decir: es el tipo de escritura donde el autor (de algĂşn modo hay que llamarlo, y prefiero ser respetuoso) no puede correrse de cámara para darle el protagonismo a la historia. No. Él tiene que acotar gagsitos que lo hacen quedar como alguien ocurrente, despierto, alguien "con chispa". Por eso me alegra tanto que este cliente haya aprobado esta idea: un posteo que cuando le das like simula tatuar un corazĂłn a una nalga que es, literalmente, escultural. Un chiste nativo de Instagram, sĂ­. Pero tambiĂ©n nativo del producto. Es decir, el chiste no le roba protagonismo al producto, el chiste es, digamos, una luz escenográfica que lo ilumina para resaltar sus facciones más expresivas. ¿Y cuál es el producto? Tatuajes temporales con diseños tan espectaculares que parecen de verdad.